Madres cuidadoras de niños con discapacidad se capacitan para emprender sin dejar el cuidado de sus hijos

Un novedoso piloto se está llevando a cabo con 15 mujeres en la Región de Coquimbo. Se trata de un programa financiado por Corfo, y que cuenta con el apoyo del proyecto POETA DigiSpark de Microsoft, The Trust for the Americas y la Organización de Estados Americanos, que permitirá que las mujeres puedan emprender desde sus casas y generar recursos económicos, sin tener que dejar de lado lo más valioso que tienen: el cuidado de sus hijos.

Emprender o trabajar cuando se es madre no siempre es fácil. Pero puede ser aún más complicado si se es madre de un hijo con discapacidad, ya que la postergación de la realización de actividades económicas suele no tener fecha de término mientras que las necesidades económicas suelen ir creciendo.

Es por esto que la ONG Innovacien junto a la UCN se unieron para desarrollar un piloto pionero que busca apoyar a que las madres cuidadoras de niños con discapacidad visual puedan desarrollarse en el mundo laboral, sin tener que dejar los cuidados de lado.

Gracias al financiamiento de Corfo y al apoyo del proyecto POETA DigiSpark de Microsoft, The Trust for the Americas y la Organización de Estados Americanos, el novedoso piloto en innovación social comenzó a implementarse con mujeres de la Región de Coquimbo, que tienen bajo su cuidado a niños en situación de discapacidad de origen visual, entre otras dificultades.

Este prototipo comenzó durante el primer semestre de 2023, por lo que se espera que durante el segundo semestre las 15 beneficiarias puedan crear un modelo de negocios, enfocado en una cooperativa, que permita a las mujeres poder emprender sin la necesidad de dejar el cuidado de los niños.

Pía Hevia Hormazábal, de 33 años, es una de las beneficiarias. Vive junto a su esposo y su único hijo, Dalasen, quien tiene baja visión en el ojo derecho y, además, una discapacidad cognitiva leve: un trastorno de maduración y TDAH.

“Su edad biológica es de 14 años, pero por su trastorno madurativo su edad mental es de 11 años. Usa lentes por su hipermeteopía y astigmatismo. En su ojo derecho tiene una condición llamada ambliopía que va degenerando su visión y no se puede operar”, detalla Pía, quien cuida de Dalasen la mayor parte de su tiempo.

“Tomé el curso porque, según lo que leí en el informativo que enviaron, aprenderemos a hacer material didáctico en impresiones 3D para hacer un modelo de negocio grupal con las demás participantes. La verdad me parece muy interesante poder aprender el funcionamiento de la maquinaria de impresión 3D y cómo usarla, así como la posibilidad de formar una cooperativa”, cuenta Pía, quien es profesora de música y trabaja de forma independiente, siendo apoyada por su esposo y abuela cuando debe trabajar, ya que como explica su hijo Dalasen es muy apegado a ella y sufre de ansiedad, por lo que si no fuera por el cuidado de su padre y abuela, Pía no podría hacer clases cuando tiene que hacerlo.

“De momento he aprendido sobre conceptos de marketing digital que no conocía”, cuenta Pía, agregando que el curso le parece una buena oportunidad para generar otro ingreso.

Patricia Beatriz Albornoz Sepulveda es divorciada y vive con sus seis hijos.

Ademas de su emprendimiento en reciclaje, donde trabaja con maderas, semillas y telas, Patricia lidera la agrupación Mercadito de la Mujer, agrupación de mujeres jefas de hogar que tienen a su cuidado hijos con alguna discapacidad, que padecen alguna enfermedad o que han sufrido maltrato físico y psicológico.

Pese a las dificultades, estas mujeres han sido capaces de salir de sus hogares y buscar espacios para mostrar sus trabajos, por lo cual Mercadito de la Mujer ha servido para poder apoyarlas y ayudar a generar oportunidades de crecimiento para todas, en concreto con talleres y capacitaciones que amplíen las posibilidades.

Por esta misma razón Patricia decidió inscribirse en el curso dictado por Innovacien y UCN, ya que como explica buscaba mejorar sus habilidades, conocimientos y crecer a nivel personal. “El curso ha fortalecido mi perseverancia en lo práctico y técnico. Soy dirigente de un grupo de 25 mujeres lo que conlleva 25 familias y su entorno. Gracias al curso seré capaz de saber llevar mejor los temas tanto de emprendimiento como de Género”, asegura.

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